Así recoge Kant, en la Metafísica de las Costumbres, dos de los deberes jurídicos.
“1. No dañes a nadie, aunque para ello debieras desprenderte de toda relación con otro y evitar toda sociedad.
2. Entra- si no puedes evitar lo último- en una sociedad con otros, en la que a cada uno se le puede mantener lo suyo”.
En este fragmento, Kant manifiesta que el principal deber jurídico para los humanos es el de no dañarse mutuamente. Ahora bien, dado que es imposible aislarse los unos de los otros para no dañarse, este deber se transforma en otro: el de entrar en un estad civil en el que reine el derecho. Es decir, el de acabar con el estado de naturaleza y constituir un Estado de derecho. De este modo se hace patente lo siguiente: allí donde las leyes positivas en realidad condenen a la humanidad a permanecer en un estado de naturaleza donde lo que reina es el poder arbitrario y no el derecho, ¿enmudece la razón? ¿No tiene nada que decir la razón práctica en el caso de que el derecho real sea injusto? Bien entendida la diferencia entre deberes morales y obligaciones jurídicas, y a la luz del texto de Kant aquí presentado, ¿no se transformará lo que comúnmente se conoce como derecho a la rebelión, más bien en un deber de construir un estado civil, en caso de que las leyes positivas de un país nos impidan ser inocentes, es decir, no nos permitan “evitar dañar a otros”? ¿Puede la razón obligar lo que el derecho positivo no permite? ¿Qué ocurre cuando el deber de construir un estado civil en el que se garantice a cada uno lo suyo y reine el derecho entre en contradicción con las leyes positivas?
Vemos, por un lado, que es jurídicamente absurdo que las leyes permitieran la rebelión contra ellas mismas. Si esto fuese así, cualquiera podría, sencillamente, no cumplir con cualquier ley alegando su derecho a rebelarse contra ella. Ahora bien, por otro lado, y una vez distinguidos los deberes morales de las obligaciones jurídicas, ¿todas las leyes son de obligado cumplimiento, tanto si son justas como si son injustas? ¿Estamos obligados no sólo por el derecho, sino también por la moral, a obedecer una ley que, por ejemplo, mande a exterminar a los judíos? ¿Qué sucede cuándo la moral y la ley positiva mandan cosas distintas?
(Grupo Pandora. Filosofía y ciudadanía.1º Bachillerato. Editorial Akal. 2011)